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El COVID 19 a final de junio 2020 cuenta con más de 10 millones de casos y ha acabado con la vida de más de 500.000 personas.
Las cifras del impacto económico no dejan de sorprendernos.
Caída del PIB, desempleo y recesión con niveles mayores a la segunda guerra mundial son algunas de las tristes secuelas de esta pandemia.
Adicionalmente, en el mundo organizacional, el confinamiento ha traído el cambio abrupto de paradigmas. La práctica mundial ha eliminado por la vía de los hechos formas de pensar que se creían fijas y difíciles de sustituir.
5 paradigmas empresariales eliminados por la pandemia
1 Para trabajar hay que asistir presencialmente a la oficina
El teletrabajo impuesto, producto de las circunstancias, ha venido ampliando su cobertura y su aceptación. Muchos trabajadores inicialmente inconformes y molestos por la medida han comenzado a disfrutar de las ventajas del teletrabajo, al punto que se preguntan sí efectivamente hay que ir a las oficinas puesto que las tareas se pueden hacer desde la comodidad de la casa.
Evidentemente no todos los trabajos son posibles llevar al formato teletrabajo, pero se estima que el 45% de los empleos de profesionales graduados universitarios son posibles realizarlos con esta modalidad.
Recientes estudios muestran que los resultados (eficiencia y efectividad) de las tareas de teletrabajo son mayores. El trabajador se enfoca más, es más eficiente e incluso saca mayor provecho del tiempo de trabajo.
Un estudio analizado por conexión VPN de trabajadores de España, demostró que los teletrabajadores tenían un 30% más de rendimiento que cuando hacían las tareas en formato presencial.
Podemos decir que el teletrabajo ya escaló una posición difícil de sustituir. Las empresas lo están incorporado mediante jordanas mixtas, que incluyen días de teletrabajo con días presenciales.
Mientras más se digitalice la empresa, la proporción será creciente hacia el teletrabajo y las oficinas físicas como lugar de producción perderán valor.
2 El trabajo efectivo requiere de reuniones presenciales
Las reuniones presenciales fueron un paradigma de la gerencia y de las relaciones interpersonales.
Más de una vez se realizaron viajes por carretera o hasta por avión para reunirse con un cliente, con un equipo de una oficina remota o para dar unas palabras al equipo de ventas.
La cultura corporativa, auspiciaba la importancia del cara a cara y directores y gerentes atendían esto de forma presencial por la importancia que se da a estos eventos. Escuchar de primera línea, dar los lineamientos, dar la bienvenida, saludar personalmente al equipo son algunas de las consignas que sustentaban estas rutinas.
La drástica paralización producto de la pandemia obligó a transformar este paradigma en reuniones virtuales, el viejo Skype, Zoom, Microsoft Teams se pusieron a valer, ya podemos hacer reuniones con cualquiera desde la comodidad del hogar, para dar esas palabras de aliento, explicar la estrategia y hasta escuchar las necesidades del equipo.
La conclusión abrumadora es “se puede hacer” y “funciona perfectamente”, los directores, gerentes y supervisores confirman lo que ya se sabía. Usar las herramientas tecnológicas ayuda a la eficiencia y es más económico.
Las reuniones en las empresas ya no serán como antes. Eso significa que hay que generar destrezas y habilidades nuevas, cultivar competencias digitales, así como saber escuchar, preguntar y comunicarse desde cualquier dispositivo electrónico.
3 Preferimos proveedores conocidos, preferiblemente relacionados
EL aislamiento ha generado un entendimiento de lo global, eliminando barreras de distancia, ahora el vecino de edificio, de barrio y de ciudad está tan cerca como lo está un amigo en New York, Madrid o Buenos Aires, Nos hemos globalizado más en cuarentena.
Esta globalización también trae como reflexión adicional que los proveedores los podemos evaluar y contratar desde nuestra localidad hasta otros países y regiones.
El mundo infinito del internet, nos ha mostrado que hay proveedores buenos y malos de mascarillas, que algunos países han devuelto los pedidos por mala calidad y también que países fuera de nuestro radar producen productos de calidad con estándares muy altos.
Uno de los aprendizajes interesantes es que las compras y las contrataciones las podemos hacer a empresas de otras latitudes, lo cual tiene tres ventajas fundamentales: mejores costos, mejor calidad y productos y servicios con valores agregados diferenciales.
El paradigma de que lo local, lo autóctono es bueno porque promueve la economía endógena, es una verdad parcial.
Es un paradigma que se rechaza cuando se contrasta con resultados, eficiencia y valor.
Esta pandemia abrió las puertas para explorar opciones, proveedores, tecnologías de otras latitudes, al final de cuenta un mejor producto o servicio mejora nuestra empresa y da más valor al cliente.
4 Para formar y capacitar personal se necesita infraestructura de capacitación
La capacitación presencial es uno de los paradigmas que ha durado más tiempo, la enseñanza con un profesor o facilitador, en salones de clases en grupos de 20 a 30 personas ha durado muchas décadas.
El crecimiento de la economía digital ha ampliado el espectro de la capacitación online, sin embargo, existían dudas y temores a hacer los cambios.
La capacitación en las empresas, acostumbrada a grupos de hasta 30 personas y a la coordinación logística de refrigerios y almuerzos, con esta pandemia ha tenido que transformarse radicalmente.
Millones de trabajadores estaban en sus casas y no se sabía cómo aprovechar ese tiempo y cómo formarlos.
Las empresas de avanzada tenían plataformas y algunos cursos, pero a la mayoría les agarró desprevenidos.
Lo más importante fue que se redescubrió que se puede capacitar online, que las personas aprovechan para formarse desde sus casas y que las enormes ventajas de la formación online versus la presencial son ciertas y los usuarios lo pudieron corroborar.
La conclusión importante es que la capacitación no será nunca más como era antes, será online, con plataformas con amplios contenidos de temáticas y las empresas proveerán a sus colaboradores.
Afortunadamente también será de más calidad, más económica, masiva y con la flexibilidad de adaptarse al ritmo de cada quien.
Gana la flexibilidad para el trabajo, para la reunión, para contratar y también para formarse desde casa.
5 Captar y retener talento es un asunto de contactos y relaciones
La mirada global, tiene un especial actor y es el talento. El talento que tenemos en las empresas es fundamental y con un interés creciente en la medida que avancemos a una economía más digital y globalizada.
La búsqueda de talento es cada día una actividad global, las grandes empresas buscan personal de programación, de diseño, con conocimientos en analítica, especialización en algoritmos, y de paso ya no importa donde vivas, porque se probó que se puede funcionar desde la distancia.
Esta dura realidad, hace que personal de nuestras empresas hoy son buscados por empresas de otros países y pueden hacerle ofertas atractivas que no implican viajar ni trasladarse.
Tecnólogos, matemáticos, creativos, consultores, marketineros, analistas de bases de datos, programadores, ingenieros calculistas, periodistas, historiadores, escritores, youtubers, etc. son demandados desde cualquier empresa desde cualquier país.
La pregunta que se hacen los head hunter de trasnacionales es: ¿Qué cargos son inminentemente locales y requiere un trabajador local? Y cuales pueden ser suplidos con una cobertura global.
El talento es cada día más global y digital y esta pandemia puso ante nosotros esa gran feria de empleo por redes sociales, que obliga a repensar el paradigma de la captación y retención del talento.
Conclusión
La gestión organizacional, cambiará producto de este accidente llamado COVID-19, sus traumas persistirán y obligarán a que cambiemos la forma cómo se ejecutan las actividades, desde el trabajo, sus reuniones, la mirada global con proveedores, así como la capacitación y el manejo del talento.
Todo tiene un nuevo formato y las enormes posibilidades que nos brinda un mundo más digital e interconectado.
Alejandro Rivera Prato